Tras una
visita a las red, se ha confeccionado esta breve antología, normalmente se cita
la procedencia. De las imágenes no siempre tenemos constancia de la autoría.
Presentados al concurso de microrrelatos contra la
violencia de género organizado por el ayuntamiento de San Javier Murcia. Pueden
leerse más en
La Voz de Mario
Mario ha llegado
triste.
-¿Ha pasado algo?
-Unos niños han hecho llorar a Alejandra. Yo quería ayudarla, pero no sabía cómo.
-Pues la próxima vez les explicas que eso no está bien, que no se debe hacer llorar a otra persona. Si no te hacen caso debes acudir a una profesora para que os ayude a resolver el problema. ¿De acuerdo?
Durante la cena, Mario, con voz tranquila se dirigió a su padre:
-No deberías insultar y gritar a mamá, no está bien que la hagas llorar.
Mi marido lo miró con desprecio sin responder.
Mario me miró.
-Vamos a tener que hablar con una profesora ¿verdad?
Hoy las lágrimas han sido menos amargas.
-¿Ha pasado algo?
-Unos niños han hecho llorar a Alejandra. Yo quería ayudarla, pero no sabía cómo.
-Pues la próxima vez les explicas que eso no está bien, que no se debe hacer llorar a otra persona. Si no te hacen caso debes acudir a una profesora para que os ayude a resolver el problema. ¿De acuerdo?
Durante la cena, Mario, con voz tranquila se dirigió a su padre:
-No deberías insultar y gritar a mamá, no está bien que la hagas llorar.
Mi marido lo miró con desprecio sin responder.
Mario me miró.
-Vamos a tener que hablar con una profesora ¿verdad?
Hoy las lágrimas han sido menos amargas.
Ya lo decía mi madre
Mi madre me lo advertía constantemente. No permitas que te mangoneen. No les dejes llegar al premio fácilmente. Que te demuestren lo que valen. Que no se crean más que tú…
Mi cuñada siempre dice que su madre decía lo mismo.
Afortunadamente, tengo un marido encantador y tenemos
una relación sana.
Mi madre nunca le advertía a mi hermano de que no las
mangoneara, de que no intentara propasarse contra la voluntad de una chica, que
demostrase siempre si valía o no, que no se creyera más que nadie.
Mi cuñada ha venido a verme esta tarde con un ojo
morado y cojeando. Parece ser que se ha caído de un taburete.
Linda Calma
¡Actúa contra la violencia de género!
Eliminar un moratón,
un golpe y el dolor.
Eliminar el miedo, la cobardía y la culpa.
Eliminar las lágrimas, la tristeza y la desazón.
Eliminar la ofensa, el daño y la violencia.
Eliminar las peleas, la ira y la indiferencia.
Eliminar el miedo, la cobardía y la culpa.
Eliminar las lágrimas, la tristeza y la desazón.
Eliminar la ofensa, el daño y la violencia.
Eliminar las peleas, la ira y la indiferencia.
Incluir la valentía, el coraje y la fuerza.
Incluir el respeto, la sensibilidad y la empatía.
Incluir el amor, la madurez y la alegría.
Incluir las caricias, los besos y los abrazos.
Cambiar los golpes por palabras.
Cambiar los gritos por susurros.
Cambiar la desigualdad por igualdad.
Transformar la negatividad en positividad.
Transformar la pena en felicidad.
¡Actúa contra la violencia de género!
¡Tú puedes con todo!
¡Sal y di: basta!
L. S. Sanz
Culpa
¿De quién es la culpa?
De los gritos cada noche, de los insultos, de los golpes, de las
vejaciones, del control.
¿De quién es?
¿Por qué no puedes salir con tus amigas una tarde sin ser controlada? ¿Por
qué no puedes ponerte ese vestido que tanto te gusta?
¿Es por tí?
Hubo un momento en el que pensaste que sí, que era culpa tuya. Que te lo
merecías. Que él necesitaba ayuda, y que tú eras su princesa, su amada, aquella
que le rescataría.
Pero no era verdad.
La culpa no es tuya, ni de tus amigas, ni de tu "ropa provocativa",
ni de tu familia, ni de tus vecinos.
La culpa es suya. Del maltratador.
Siempre lo ha sido.
Patricia
La flor oscura del jardín
Me regaló una rosa carmesí.
Treinta años después sigo
sangrando.
Florinda
El blindaje de lo textil
Su rol de limpiadora en aquel juzgado debería haberle ayudado a salvar la
barrera de su silencio pusilánime, pero posponía exteriorizar su tragedia
cotidiana por pavor a sus manos expeditivas de guardián de la noche.
Conciliar la sonrisa pública con el ocultamiento de los moretones
domésticos la había convertido en la mejor actriz del palacio de justicia.
Él confinaba su diversión maltratadora a territorios cubiertos por la
nubosidad de lo textil.
Anoche le descuidó un golpe por los alrededores del codo. La manga corta
evidenciaba una epidermis verdinosa que bastó para el abordaje de aquella
abogada de oficio intuitiva.
—Vamos a por él…
Marga asintió y, lacrimosa, se subió la blusa hasta los pechos para
demostrar lo salvaje.
Nera
Herida sin cicatriz
Desde el día que
murió entra al baño en penumbra cuando se levanta, prepara un café solo y coge
fuerzas para seguir sacando sus cosas de la casa. Se ha apuntado a clases de
pintura; sigue muy triste aunque nota que ya apenas le miran la cara. Aun se
siente pequeña porque él le ganó demasiadas batallas, la del desprecio, la
vejación y la humillación, pero se arma de valor y no descansa. Además, esta
vez tiene la certeza de que no morirá en la batalla, y está convencida de que
la tristeza se irá en cuanto deje de verse las marcas en el espejo al lavarse
por las mañanas.
Selene
Extraídos de Blog “relatos encallados”
Rojo Bromo
Desde que Papá se fue, Mamá ya no se pinta
los labios con mercromina.
Agustín Martínez Valderrama
Terror nocturno
Cambió la cerradura de la puerta.
Consiguió una orden judicial de alejamiento. Pero todas las noches, entra en
sus sueños.
Lola Sanabria
Trampas
Empezó
criticándole su forma de vestir, pero ella no le dio importancia. Pensó que
sólo eran celos, como cuando la dejaba en ridículo delante de sus amigos para
sentirse el centro de atención. “Hombres”, pensaba ella, “son todos iguales”.
Tardó en darse cuenta de su error, porque era difícil descubrir el engaño. Él
nunca le levantó la mano, ni le gritó. Su cuerpo intacto escondía una
autoestima apaleada que moría día a día sin que nadie se diera cuenta.
Belén Lorenzo
Esta última imagen ha sido tomada del facebook https://www.facebook.com/Basta-Mujeres-contra-la-violencia-de-g%C3%A9nero-Microrrelatos-1510253509203233/
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